2. Que tu ex
novio te pida que vuelvas con él de rodillas.
3. Que tu ex novio te pida que vuelvas
con él de rodillas, ya estés enamorada de otro y le digas que es demasiado
tarde.
4. Hacerte depilación definitiva.
5. Comprarte
una bicicleta fija para poder hacer ejercicio todos los días (aunque todos
sabemos que nadie usa una bicicleta fija una vez que la tiene)
6. Enamorar
perdidamente a hombre ermitaño, oscuro y torturado, que jamás se haya fijado en
otra mujer.
7. Bajar de
peso espontáneamente porque tenés mucho trabajo y te olvidás de comer.
8. Que él
llame - finalmente - para explicar que el motivo de su silencio era que había
perdido tu número telefónico.
9. Tener sexo
con un profesor (siempre nos encanta algún profesor).
10. Que dos
hombres se agarren a las trompadas por vos.
11. Ser una femme fatal.
12. Que salga
al mercado un dulce de leche bajas calorías de verdad.
13. Poder
tocar el control remoto alguna vez.
14. Tener un
admirador secreto.
15. Llegar a
ser viejita al lado de tu pareja.
16. Que tu
primer novio (quien probablemente ya tuvo muchas novias, una esposa, hijos y
nietos) haya estado siempre enamorado de vos.
17. Cuando
tenés cinco años: casarte con el compañero de facultad de tu hermana mayor.
18. Hacer un
pacto con el diablo y –sin importar lo que comas- no volver a engordar nunca
más.
19. Cada vez
que estás menstruando y te duele la panza: que te extirpen el útero, que te
aten las trompas, o incluso que te vacíen toda.
20. Poder usar
remera sin corpiño y que todo quede en su lugar.
21. Comprar
compulsivamente sin preguntar los precios, llevar cada prenda en varios colores
y, cuando llegás a tu casa, desparramar todo sobre la cama para mirarlo.
22. Que lo que
haya dicho la tarotista o el horóscopo sea cierto.
23. Usar los
más viles aros de lata, alambre de púa o chatarra repujada y que no te den
alergia.
24. Cambiar a
un hijo de puta.
25. Ser la más
linda de una fiesta, de la universidad, de un grupo de amigos, o -aunque más no
sea- de la familia.
26. Acostarse
con un desconocido.
27. Dejar de
perder la lima de uñas, la pincita de depilar y el alicate una vez por semana.
28. Tener un
vestidor o un placard con organizador para zapatos. ♥
29.
Encontrarte con el hombre que te rompió el corazón justo cuando estás más
flaca, más linda y mejor vestida.
30. Empezar el
gimnasio, ir a correr, o a clases de natación, y mantener esa rutina durante
años.
31. Descubrir
qué clase de enferma mental sigue diseñando corpiños con la taza en punta.
32. Cada vez
que salís un sábado por la noche con amigas: conocer al amor de
tu vida.
33. Cada vez
que te enamorás y no te corresponden: que existan las pócimas de amor.
34. Saber a
dónde van a morir las tapas de los tupperwares.
35. Que esa
infeliz que habla todo el día de lo perfecto que es su marido, se entere de que
es cornuda.
36. Que tu
pelo se mueva como en la publicidad de “Pantene“.
37. Que tu
pareja no se parezca a la de tus padres.
38. Poder
detectar qué zapatos te van a mutilar los dedos antes de comprarlos.
39. Encontrar
a los mogólicos que diseñan bikinis para explicarles que la parte de abajo y la
de arriba rara vez le sirven a la misma mujer.
40. Cuando
tenés una cita: que si el hombre resulta ser un imbécil, te reintegre el dinero
que invertiste en peluquería y vestimenta.
41. Que el
talle “M” sea siempre “M” de “medium” y no “M” de muñeca Barbie.
42. Que alguna
vez ellos contesten la pregunta “¿En qué estás pensando?”.
43. Tener un
cuerpo perfecto para poder tirarte encima cualquier trapito de oferta.
44. Que los
poros finalmente se cierren, que las estrías se borren, que las puntas del pelo
se regeneren, que la celulitis se alise, que los brazos se tonifiquen, que la
panza se endurezca y que la cola se levante sin hacer demasiado esfuerzo.
45. Que él por
fin se de cuenta de que “serían perfectos juntos”.
46. Cuando el
amor de tu vida ni te registra: que sorpresivamente te declare su amor
47. Que la
empleada doméstica deje de meter tus corpiños con aro en el lavarropas.
48. Que tu
hermana menor deje de usarte la ropa.
49. Volver a
ser soltera.
50. No ser la
última de la familia en casarte.
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